Todos se preguntan: ¿cuándo nació la suerte política de Jessica Lizbeth Navas Sánchez? La respuesta parece estar en su cercanía con el poder desde la primera gestión de Manuel Gambini. Según su hoja de vida, en 2015 fue designada como Directora Regional de Comercio Exterior y Turismo – DIRCETUR del Gobierno Regional de Ucayali. Justamente por este periodo es investigada actualmente por el 3.º Despacho de la Fiscalía Anticorrupción, como presunta autora de peculado y malversación de fondos en agravio del Estado. La investigación incluye también a Wilber Tujillano Alcalá y Lisette Rengifo Rojas.
En 2016, pese a los cuestionamientos, asumió el cargo de Subgerente de Turismo de la Municipalidad de Manantay. Con el paso del tiempo, y ya con aguas más calmadas, regresó en 2018 a DIRCETUR como directora nuevamente. En 2019, alcanzó un nuevo escalón político al convertirse en consejera regional, en el marco de la cuestionada gestión de Francisco Pezo Torres. Su suerte volvió a jugar a su favor en 2022, cuando tras la caída de “Panchito”, asumió de manera provisional la Vicegobernación del Gobierno Regional de Ucayali.
En 2023, nuevamente recibió la confianza de Gambini, quien la designó como Gerente Territorial de Purús, cargo que fue dado por concluido de manera abrupta el 21 de mayo de 2025. Sin embargo, su recorrido político no terminó ahí.
Lo curioso es que, habiendo tenido múltiples oportunidades para hacer algo por Ucayali, ¿qué hizo realmente por la región? La pregunta sigue sin respuesta clara.
Hoy se le observa abiertamente en campaña política por el partido de la “K”, en medio de una interna marcada por la disputa del número 1 en la lista congresal, con esperanzas de correr la misma suerte de Jeny López, actual congresista por Ucayali que logró su escaño gracias al controvertido sistema del “arrastre”.
Y ahora, en medio de una evidente campaña proselitista, Jesica Navas es premiada con la dirección ejecutiva del Programa Regional de Infraestructura Multisectorial – PRIM. ¿Casualidad? Difícil de creer. Este programa, con fuerte presencia en territorio y amplio contacto con la población, parece hecho a la medida de quien busca visibilidad política bajo la fachada de gestión pública, pareciera que el aparato estatal está siendo usado como vitrina electoral, en lugar de estar al servicio de la ciudadanía.